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Bidrage med feedbackVinimos a cenar con una reserva a las 10 de la noche, a las 12 de la noche empezaron a traer el primer plato y los siguientes a cuentagota. Son las 12.20 de la noche y aún no han terminado de servirnos . Está el restaurante saturadisimo y aún así siguen sentando mesas. Intentamos pedir explicaciones al encargado y este se puso impertinente como que no era cosa suya, queriendo echarle el marron a los camareros cuando, ellos son solo unos mandados y claramente no es su culpa, si no de la mala gestión de quién lleva esto, que si no se puede atender tener a tanta gente ,no se haga . Claro ejemplo de que la avaricia rompe el saco, luego nos quejamos de que no haya gente para trabajar en hostelería, será por qué la esclavitud y la explotación no están de moda.
Reservamos mesa para 10 con una semana de antelación, tardaron 2:15 h en servirnos la comida. Le pedimos explicaciones al encargado y nos contestó de malos modos ¿de quien es la culpa?, hombre.... del cliente no!. De la organización de cocina, de coger más mesas de las que puedes atender... del cliente no. Mientras tanto 5 botellas de sidra y 6 consumiciones, sin comer nada. Vinimos a comer y beber, no sólo a beber. Y a que nos tratarán bien...
La atención fue muy buena desde que llegamos. La comida muy bien pero quizás relacion calidad/precio el cachopo se quedaba un poco escaso. Por otra parte tendria que destacar que nos trajeron dos bollitos de pan a cada uno su respectivo en los platos directamente sin pedirlos y nos cobraron por cada uno 1,20. Simplemente destacarlo porque, siendo intolerante al gluten lo hubiera rechazado si me hubieran preguntado.
Pedimos en terraza unas botellas de sidra y unos chipirones (precio desorbitado, como si estuvieras en la Plaza Mayor) para empezar el camarero nos echa la sidra a la vez en dos vasos, en vez de uno a uno como lo haría cualquier profesional, uno de los culinosdos le sale muy pequeño y se lo da a mi pareja, ella le dice que es muy pequeño y la respuesta es que lo cambie por el mío... una gracia que no hizo gracia, en vez de disculparse y echar otro como haría cualquier profesional. Poca limpieza y más con las normas covid y para rematar con la terraza a tope de gente se pone a fumar sin ningún tipo de pudor ni a posteriori lavado de manos por supuesto, vivo muy cerca y lógicamente no volví ni volveré, parecía una cámara oculta, todo lo que no debe de hacer un profesional de hostelería...
En Asturias la sidra es una bebida tradicional, así como es tradicional que su precio vaya más o menos acompasado en todos los locales, es por ello que no es de recibo cobrar 4 € por una botella. Lamentablemente es la última vez que me van a ver el pelo.