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Bidrage med feedbackLa dueña muy agradable y las camareras profesionales
Buen lugar para comer un pintxo o hacer una parada. Como pega, la acústica del comedor.
As I was limping into town trying to find an Albergue, needing a place to rest go to the washroom, I saw the sign RESTAURANT. There was a younger lady taking out the trash so I asked her if they were open. This is Spain, you know the hours for being open are different. 30 minutes more but wait inside. I found a clean, cozy little haven. Freshened up, I ordered the quiche. I couldn't believe how yummy it was, fresh, fluffy, hot. That and a cup of coffee, I was good to go.
Aunque no puedo opinar sobre comida de restaurante, comentar que paramos a desayunar y estuvimos muy tranquilos, sin demasiada gente. Dos buenos pinchos de tortillas muy buenas y dos cafés con leche, bien de precio. El local es muy acogedor y moderno, bien cuidado y muy limpio. Buena atención de las chicas. Tiene terraza y se puede aparcar fácilmente enfrente mismo o alrededor.
Situado en la Avd. Roncesvalles de Olloki (Navarra), este restaurante está junto a una gasolinera y muy cerca del Hotel Iriguibel donde nos alojamos un grupo de moteros, por lo que nos resultó muy útil para comer a precio contenido sin tener que desplazarnos muy lejos. Dispone además de sitio suficiente para aparcar. Consta de una pequeña terraza exterior con sombrillas, unas mesas en la zona de barra y un amplio comedor interior donde nos acomodaron a unos 60 compañeros. La decoración es funcional, no es un sitio de lujo pero si un buen sitio para comer rico y abundante. Nosotros teníamos un menú concertado que no sé si era el mismo que para el resto de comensales. De entre los 6 primeros platos que nos ofrecieron me decanté por algo propio del lugar: pochas a la Navarra, que es un guiso de judías blancas y verdes con verduras, denso y espeso que daba gusto mojar pan, hecho a fuego lento según me comentó la simpática cocinera. De segundo pedí carrillera asada con puré de patatas y trufa. Nunca la había tomado así, no estaba tan jugosa como cuando se hace guisada al vino tinto pero si sumamente tierna y sabrosa. Para terminar elegí copa de helado casero de vainilla, hecho por ellos mismos. Me llamó la atención que los platos los elegimos sobre la marcha, lo cual indica un tremendo y efectivo trabajo en la cocina. Por la simpatía de su personal, la abundancia de las raciones y el precio contenido, es un sitio más que recomendable...!!!