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Bidrage med feedbackNo la conocía y fui a ver qué tal es la pizza de ese lugar. Me llevé una grata sorpresa, un local muy iluminado, con azafatas muy dedicadas a su trabajo, y a pesar del volumen alto en la TV(podría ser menos), y la pizza muy bien hecha, por lo que merece un "aplauso para el maestro pizzero ".
El lugar es agradable, y recibimos buena atención de parte de la moza. Pedimos un menú promoción que consistía en una pizza grande de 4 gustos, una cerveza de litro y dos postres. Tanto la pizza como los flanes caseros de postre, estaban muy ricos. 280 pesos para dos personas nos pareció buen precio para la costa. Sorprende las malas críticas leídas. No fue nuestro caso.
Qué pesadilla.La incomodidad y poca practicidad de las mesas fue un mal comienzo que dejamos pasar por alto y, lamentablemente, no interpretamos como la primer señal del padecimiento que se incrementaría después.La segunda señal fue la carta: los precios son europeos, nivel Londres. Hasta ahí la balanza seguía inclinada del lado de la ilusión de revivir sabores apreciados en la adolescencia, momento en que -evidentemente- todo se redondea para arriba y lo que apenas era pasable queda impregnada por la piedad de otras aventuras propias de otros rubros. O más bien: hasta el pancho más ordinario trae hasta estos días la fama de un momento inolvidable.Después vino lo peor: las empanadas de los grandes llegaron primero, pequeñas y heladas. Los $29 con menos valor de la historia. La pizza de los niños llegó media hora después. En ese punto todo estaba descompensado, nadie comió lo que pidió, no quedaban bebidas, la espera había sido un chicle interminable.Por la queja pidieron perdón y ofrecieron compensar con un postre invitado por la casa. Les aseguro que gratis era caro: cada minuto adicional en La cha cha tiene el efecto de un torno a milímetros de una muela. Para colmo, cuando le dijimos que no aceptábamos el ofrecimiento, la moza le preguntó a los chicos (sí, a los chicos) "¿seguro que no quieren postre?"Obviamente, para ser consistente con la propuesta, se paga sólo en efectivo.No vayan. Pasen lejos. Se van a evitar una experiencia fea e inolvidable.
Muy buena comida y muy buena atención pero lo precios no se corresponden para un lugar de vacaicones para la clase media. Las instalaciones son agradables.
Vinimos a almorzar para el fin de semana largo de Junio, pedimos unas simples milanesas...tuvimos que esperar mas de una hora...se quedaron sin pan, sin gaseosa, la atención pésima...creo que al ser el único lugar para comer abierto al mediodia del jueves...no dieron abasto.